Todavía quedan unos días para estrenar el verano oficialmente pero el calor ha llegado y desde hace semanas el cambio de armario se ha hecho más que necesario.
Líos ropas aparte, lo que peor llevo es el hecho de lucir piernas y brazos con el tono de piel que tengo después del invierno.
Así que este año, mientras espero la oportunidad de pisar la playa, he optado por un autobronceador.
En algunas ocasiones he usado toallitas pero ni me gustaba su olor ni el tono que aportaban. Después de leer opiniones y hacer algunas preguntas me decidí por la emulsión «Brilliant Bronze» de Shiseido.
La verdad es que me está gustando mucho. Por un lado, el tono que aporta es de lo más natural y vas adquiriendo color de manera progresiva sin cambios radicales. Su textura es muy agradable, nada aceitosa y fácil de extender. Pues aplicarlo en rostro y cuerpo y su olor no me desagrada.
Una de mis preocupaciones era que quedaran marchas al aplicarlo pero el secreto está en la exfoliación. Las células muertas y su acumulación son las culpables de esos antiestéticos parches. Por eso es muy importante exfoliar muy bien cuerpo y rostro antes de su aplicación. También hay que tener cuidado con rodillas y codos, zonas en las que hay más piel, con aplicar menos cantidad es suficiente. Eso sí, hay que extenderlo muy bien y tener cuidado con no dejar zonas sin él.
Por lo demás todo son ventajas.
¿Lo has probado?
¿Tienes algún truco?