Estamos atravesando unas semanas históricas, tan difíciles como históricas. El mundo se ha parado y la incertidumbre de cómo se reactivará es muy grande.
Todos somos consciente de ello, evidentemente también las cabeceras de moda que han apostado por desarrollar portadas impactantes y, ya diría, emblemáticas.
Seguro que ya conoces la portada blanca de Vogue Italia…
Una señal de esperanza, un lienzo por pintar, una señal de respeto. Me fascina. Soy totalmente partidaria de intentar salir reforzados de esta situación, de aferrarnos a valores, de aprovechar la oportunidad de partir de cero en aquellos aspectos en los que lo estábamos haciendo realmente mal. Y esta portada blanca lo representa a la perfección.
En Vogue España se ha optado por un profundo cielo azul repleto de nubes, un balcón. Una evocación a la soledad física que estos días sentimos que quizás nada tenga que ver con nuestra situación interior porque como rotulan » Nunca estar tan lejos nos hizo sentir tan cerca».
Y en Vogue Portugal han editado dos Portadas, ésta sin duda es puro realismo…
Hablando hace unos días con mi hermano Andrés sobre las portadas que se estaban publicando estos días me dio la idea de escribir un post sobre portadas emblemáticas de Vogue. Me pareció buena idea pero añadí: «Dime cuáles son tus portadas favoritas y escribiré sobre ellas».
Mi hermano Andrés es un apasionado de la fotografía, de la ilustración , de la arquitectura, la música…
Diría que cualquier forma de expresión le atrae magnéticamente. Tiene una sensibilidad artística muy especial y por eso, me hacía especial ilusión contar con él para escribir este post.
Aceptó y aquí estamos, repasando las portadas favoritas de mi hermano…
Si utiliza el criterio de protagonistas sus dos portadas son la de Audrey Hepburn del año 59 y la de Frida Kahlo.
» …cada una ha sido referente dentro de su profesión, y te diría que no sólo como profesionales sino referentes para muchas mujeres les gusten o no los cuadros de Kahlo o las películas de Audrey Hepburn…»
Su estética favorita es la de la primera mitad del pasado siglo:
«… destacaría la versatilidad que presentan sin perder la coherencia de una dirección de arte común o similar. Trabajan la fotografía pero cuando han optado por la ilustración, también se mantiene esa dirección de arte. Por ejemplo, en la mancheta que cambia en algunas ediciones y sin embargo, se sigue reconociendo como Vogue.»
«… aunque parecen del mismo corte, trabajan tres líneas diferentes. Por un lado, la «Nueva Objetividad». Un tipo de fotografía que surgió en los años 20 en la Bauhaus, y que buscaba la abstracción del concepto realzando los valores estéticos del objeto o la persona que se fotografiaba. Actualmente lo vemos mucho en fotografías de producto o editoriales de moda.
Se interpreta otra línea minimalista en la mujer tumbada. Fondo liso, postura reconocible, el mensaje es claro. Sin saber de qué año o mes hablamos, se sobreentiende por el contexto: verano, calma, descanso… Todo en esa simpleza de imagen. «
Y si nos quedamos con fotógrafos tiene debilidad por Irving Penn ( ¿Quién no? Añadiría yo)
» Destacaría su capacidad de síntesis. Comprendía a a perfección las leyes de composición y alcanzaba una gran expresividad con muy pocos elementos, lo cual es bastante difícil. Trabajaba la fotografía por manchas y por direcciones. Conocía perfectamente las normas de la fotografía, para después romperlas a su antojo. También disparaba desde posiciones poco habituales. En resumen: su simpleza, su relación con la abstracción y su capacidad de composición diría que son sus puntos fuertes. «
» Esta portada-bodegón se sale de la línea habitual, es otra manera diferente de marcar tendencia.»
O esta maravilla de William Klein:
» En esta portada el autor se salta las normas establecidas de la fotografía. Se salta la ley de la mirada ( la chica debería tener aire por la derecha, hacia donde tiene orientado el gesto), se salta la ley del corte, cortando el retrato por una articulación. Y a pesar de todo ello, el retrato es fabuloso. Saca lo esencial, la mirada de la chica y el sombrero, el producto. Y además, el retrato casa de maravilla con la propia maquetación de la portada. El fotógrafo se lo pone muy fácil al maquetador…Klein además de fotógrafo fue pintor, cineasta, escultor…»
Aunque tampoco puede ignorar las colaboraciones que e llevaron a cabo en su momento con artistas contemporáneos como Miró o Dalí:
«Me quedaría con la portada de Dalí por la repercusión que ha tenido Dalí como artista en todo el mundo. Destacaría que alguien como Dalí, que trabajó principalmente el surrealismo ( movimiento muy artístico y cero comercial en su momento) realizara una portada de una revista, habla más que bien de la repercusión de la revista en sí. «
¿Tienes algunas portada de Vogue que sea todo un referente para tí?
¿Alguna favorita?
Post escrito con la colaboración de Andrés Suárez: