Ya no me hago más de rogar, aquí me tenéis vestida de novia…
Es un vestido clásico y muy muy sencillo. Quería un vestido para toda la vida, con el que verme guapa para siempre. Un vestido que perdurara en el tiempo.
Otra de mis preocupaciones era resultar yo misma. No quería sentirme disfrazada, quería ser yo. Una amiga unos días antes me preguntó «¿Me vas a sorprender?» y le dije» Espero que no, quiero que pienses que soy yo sólo que vestida de novia». Y así ha sido, el traje es fiel reflejo de mí y mi estilo.
Es una organza con bodoques bordados acompañada de un mikado para la cola y el fajín. Quería cola y la llevé. Y como adorno, una sencilla «magdalena» como me gusta llamarla. Son unos pliegues de la falda que asoman por encima del fajín y crea el efecto del borde del papel de las magdalenas. ( No se aprecia muy bien en la foto)
La autora, mi madre. Gracias mamá, has hecho el vestido de mi vida.