Cine Clásico: Casablanca

Casablanca es quizás el clásico entre los clásicos del cine, no por una, por mil razones. Posiblemente la primera imagen que viene a nuestras cabezas cuando hablamos de cine clásico es alguna de sus secuencias. Este mes de octubre, Casablanca es la protagonista de esta sección.

Estrenada en el año 1942 bajo las órdenes de Michael Curtiz y protagonizada por Ingrid Bergman y Humphrey Bogart la película se ambienta durante la II Guerra Mundial en la ciudad de Casablanca del Marruecos francés.

Casablanca era el punto de encuentro de gente de toda Europa que huían del viejo continente en busca de América, «era fácil llegar a Casablanca pero difícil salir de ella». El avión de Lisboa y los salvoconductos era los bienes más preciados y las miserias humanas afloraban con facilidad.

Toda la trama de la película gira en torno al Café de Rick ¿hombre de férreos valores y principios? que goza de contactos y posibilidades entre diferentes tipos de personas y personajes de la ciudad.

Casablanca es una de las películas más alabadas de la historia del cine.

Razones para ver Casablanca

El guion, sus diálogos son considerados sencillamente exquisitos.

La magia y el ambiente que inunda toda la película. Los años 40 tienen un halo especial y esta película no es que lo refleje, es que esta película es sencillamente años 40 en estado puro.

El personaje de Sam y su implacable lealtad.

El primer encuentro entre Rick e Ilsa desde que los alemanes ocuparon París, la última vez que se vieron.

La química que existe entre sus protagonistas, posiblemente no exista química igual en la historia del cine.

Por escuchar «toca mi vieja canción» en su verdadero lugar y oír ese tarareo previo a la maravillosa canción » El tiempo pasará»

Los recuerdos parisinos de Rick en plena angustia por el regreso de Ilsa.

Las relaciones interpersonales que existen entre los personajes secundarios, cómo se conocen, sus diálogos, sus miradas…Fabulosas.

El personaje del Capitan Ranault y las mil aristas que tiene…»Louis, presiento que éste es el comiendo de una hermosa amistad».

La escena en la que el café empieza a cantar la Marsellesa como respuesta a los cantos alemanes, otra escena conocidísima que pone la piel de gallina.

Cómo poco a poco va desvelándose la historia de amor entre Ilsa y Rick, la que fue y la que continúa.

La complejidad del triángulo amoroso que se crea entre los protagonistas.

La escena del aeropuerto rompe el corazón: » Los problemas de tres pequeños seres no cuentan nada en este loco mundo».

Casablanca es una película de principios, valores y sentimientos, quizás por eso, nunca envejece.