Pienso en ti *

Noviembre es un mes para el recuerdo, para echar la vista atrás y hacer un hueco en nuestro día a día a esas personas que ya no están y que tanto echamos de menos.

Hay muchas maneras de entender este mes y la gran carga emocional que trae consigo, ojalá noviembre te aporte buenos recuerdos y reconforte tu corazón.

En mi familia nunca se ha hecho nada especial por el día de Todos los Santos o el día de los Difuntos. Por circunstancias familiares, cuando se pudo, empezó a pasarse de puntillas por esa fecha que traía más dolor que otra cosa.

Como no lo viví, siempre me asombraba ver a familias enteras que acudían a cementerios a llevar flores a sus difuntos y vivían ese día con cierta alegría más allá de la evidente nostalgia y pena que se espera. Quizás en las ciudades sea también una costumbre que esté más perdida que en los pueblos, donde el arraigo es más profundo y las tradiciones suelen pesar más.

Tampoco sentía que esta tradición me faltase. Soy de las que piensan que ellos siguen con nosotros sólo que de una manera diferente. Así que no echaba de menos dedicarles un día.

No es raro que piense en mi abuela y empiece a contarle algo, que vea cualquier cosa y de repente su recuerdo invada todo a mi alrededor o que sienta que la sonrisa que tiene en la foto que hay en mi mesa, está dedicada alguna de las ocurrencias de mis hijos.

A veces he soñado con ella de un modo tan real que juraría que sí que vino a verme… No sé, son sensaciones y sentimientos. Nada racional, sólo sentir.

No echaba de menos un día para ellos porque pensaba que su día era todos los días, y lo sigo pensando. Sin embargo, desde que vi la película Coco algo cambió en mí. Puede resultar extraño no haberlo apreciado antes, pero la película hizo que me diera cuenta del modo tan bonito en el que recuerdan a sus difuntos en la cultura mexicana, un día grande para ellos. Desde la alegría, desde el más profundo de los respetos y el amor.

Esa película hizo que comprendiera que, al menos en mi caso, quité esa fecha de mi calendario por miedo al dolor.

Posiblemente estos días hayas visto un clip del documental que Movistar ha grabado de Luis Enrique. En él, habla de cómo vivieron y siguen afrontando la muerte de su hija. Me ha dejado absolutamente impresionada cómo lo ven desde la alegría, desde el amor a los recuerdos, a lo aprendido con ella y a la suerte de haberla tenido en sus vidas.

Algo parecido ha ocurrido también con la intervención del actor Andrew Garfield en Barrio Sésamo, hablando con uno de sus personajes sobre la muerte de su madre, acercando así a los niños esta faceta de la vida que forma tan parte de ella como cualquier otra.

Ojalá todos fuéramos capaces ver la pérdida de un ser querido desde esa perspectiva, ojalá todos pongamos de nuestra parte para verla así, ardua tarea sí.

¿Sería suficiente con ello? ¿Es más una cuestión de educación y cultural? A veces las circunstancias hacen muy difícil la tarea, casi imposible pero sería muy bonito lograr entenderla así.

Sea como sea, en noviembre pienso en ti.


* Este editorial se escribió antes de la tragedia ocurrida en nuestro país consecuencia de una fatídica dana.

Se ha ampliado porque es imposible no tener presente la situación que vivimos actualmente. Son temas que de alguna manera están relacionados y me resulta imposible obviar la situación ocurrida aunque éste no sea un medio informativo tradicional.

Es difícil no sobrecogerse con todo lo ocurrido. Con lo visto y lo escuchado, también con lo no visto y lo no escuchado.

Es difícil no venirse abajo y preguntarse el por qué de tanto sufrimiento y dolor.

Sobran las palabras o quizás es que no las haya.

Desde aquí os transmitimos todo nuestro cariño, no os caéis de nuestro pensamiento. Ojalá os pudiera reconfortar de alguna manera aunque se antoja difícil, evidentemente.