Acudir a una nutricionista durante el embarazo

Ya te conté hace meses que durante este último embarazo acudí a una nutricionista y sois muchas las que me habéis preguntado qué tal me ha ido. Así que hoy quiero hablarte de la experiencia porque para mí ha resultado ser muy positiva y creo que puede servirte de gran ayuda tanto si estás embarazada como si no lo estás.

Lo primero que debo decir es que en mi primer embarazo engordé cerca de 20 kilos. Una barbaridad, lo sé. Sólo me apetecían hidratos y estaba tan cansada por mi baja tensión que la actividad física brillaba por su ausencia. Para rematar la situación, cuando íbamos a la consulta del ginecólogo y mi marido «metía cizaña» para que me controlara el peso, el doctor se limitaba a decir que él no se sentía con fuerza moral para reñirme cuando él estaba muy entrado en carnes.

Así que uno detrás de otro sumé 20 kilazos que me costó muchísimo tiempo quitar después. Es más, cuando conseguí ponerme en mi peso pre-embarazo fue justo cuando volví a quedarme embarazada. De ahí mi primera idea de controlar mucho mi peso en este segundo embarazo.

Sin embargo, aunque importante, no fue la primordial. Me gusta comer, no soy un pajarito que no disfruta con la comida. Es algo que me entusiasma y a lo que no pienso renunciar por mantener un determinado peso. Sin embargo, siempre he pensado que la clave de la buena alimentación era saber comer y estaba segura que eso, no sabía hacerlo. Fue justo eso lo que más me motivó para acudir a una nutricionista.

La madre de un amigo me recomendó una a la que ella había decidido acudir al ver cambios en su cuerpo con la llegada de la manopausia, y es que las mujeres, sufrimos muchos cambios hormonales que nos hacen fluctuar de peso aunque sigamos manteniendo nuestras costumbres. La visité, probé y me quedé porque me ofreció justo la clave que yo buscaba, aprender a comer.

Después de unos análisis para comprobar mi estado de salud y conocer mis rutinas y gustos, hemos tenido una sesión al mes en la que me controlaba el peso, me daba las claves alimenticias necesarias teniendo en cuenta mi estado y además me ha enseñado a saber seleccionar mi lista de la compra, así como a conocer las propiedades de los alimentos. Cosa que a día de hoy creo que es esencial para mantener tu cuerpo sano y tu peso saludable.


¿Qué he aprendido visitando a una nutricionista?

Me he reafirmado en la idea que lo importante no es estar a dieta, lo importante es saber comer.
He aprendido que hay que dedicar tiempo a hacer la compra en el supermercado, prestando atención a los componentes y las tablas nutriconales.
He comprendido las tablas nutricionales que aparecen en los empaquetados de los alimentos.
He aprendido que tomamos demasiado azúcar en alimentos que pensamos que en principio no deberían llevarla, endulcemos nuestra vida, sí, pero de otro modo.
He aprendido a combinar alimentos para sacarles el máximo partido.
He incorporado la rutina a mi vida de planificar los menús semanales, lo que nos hace comer mejor y, no sólo eso, también la vida mucho más fácil.
He aprendido que hay que presar la mayor parte de tu atención a los productos que salen directos del mar o del campo, evitando productos procesados.

Mi experiencia ha sido tan gratificante que toda la familia se ha visto implicada en este cambio de alimentación. Hemos empezamos a comer más sano, a conocer bien lo que estamos comiendo y eso te hace sentir bien porque sabes que así cuidas tu salud y la de los tuyos.

Y así en vez de 20 kilos han sido 12. Cosa que también es importante para mí pero la mayor satisfacción que me llevo es la de haber cambiado nuestros hábitos alimenticios en familia y sabiendo que asumimos una vida y costumbres mucho más saludables.

Hasta la próxima!!