Y no es precisamente porque no se lleven, es por otro tipo de razones. La vuelta al trabajo es una de ellas, en aquellos en los que estás frente al ordenador o tienes que escribir continuamente el llevarlos dificulta considerablemente la labor. Por otro lado, la próxima llegada de la manga larga que hace que no veas ese vacío en tu brazo y no busques un precioso brazalete con el que adornarlo.
En fín, que queda poco para poder lucirlos. A mí me encantan, en verano siempre llevo alguno y hoy he querido rendirles mi pequeño homenaje antes de que empiecen a hibernar en el cajón. Aquí os dejo mis favoritos, espero que os gusten…
Este era de mi madre, lo encontré cuando tenía 8 ó 9 años en una de sus cajas de «tesoros». Lo utilizaba para jugar pero desde hace ya muchos años es uno de mis inseparables.
Es un regalo de Reyes de hace unos años, es muy de fiesta, muy de noche… lo suelo llevar cuando visto de negro de pies a cabeza para darle un toque de «luz» a mi look.
De print animal, el segundo empezando por la izquierda es de otra caja de «tesoros», esta vez de mi abuela.
Éste es un regalo de mi madre, es de plata labrada con amatistas,mi piedra favorita.
Esta temporada no nos hemos conformado con llevar uno y hemos llenado nuestras muñecas con brazaletes, sean iguales…
Ya queda poco así que no me los quitaré hasta que llegue el frío.
¿Qué opináis?