En el pasado puente nos fuimos a pasar unos días a una ciudad realmente fascinante, Nueva York. Fue el primer destino de nuestro viaje de novios y tuvimos claro desde que recorrimos los primeros metros, que esa ciudad siempre sería un destino a tener en mente. Por eso, cuando nos propusieron hacer este viaje no lo dudamos ni un segundo, era justo el empujoncito que necesitábamos para hacer las maletas.
Hemos tenido mucha suerte porque el tiempo ha sido realmente bueno, días de solazo mezclados con días nublados y una temperatura genial, lo ideal para disfrutar de esta ciudad en otoño y de una de sus épocas mágicas, la Navidad.
Como viajamos con personas que nunca habían estado en Nueva York, no faltaron las visitas a los lugares más emblemáticos y clásicos de la gran manzana. Tampoco las compras, las largas caminatas, el metro, los taxis…Un completo que nos hacía sentir en medio de una película.