Tuve una falda vaquera abotonada durante mi adolescencia que usé hasta la saciedad. Lo cierto es que me encantaba esa silueta trapecio y el hecho de que iba prácticamente con todo mi armario.
Así que cuando vi la primera esta temporada decidí que (casi 20 años después) volvería a apostar por esta prenda. Ya te he contado lo mucho que me gustan y la cantidad de opciones que tienen en su haber.
Al final ha sido todo un comodín estas últimas semanas, especialmente para el día a día con looks cómodos.
En estas fotos la llevo con una camiseta de pequeños lunares dorados, un collar en ese tono (fruto de una ganga absoluta de rebajas) y los accesorios en color cuero. Las sandalias ya las conoces de otras ocasiones y el bolso seguro que también, sólo que ahora, vuelven a la carga los bolsos tipo saco.