Creo que pocas marcas tienen un estilo tan definido, reconocible y personal como Etro.
Sus estampados y sus colores son sus señas de identidad y eso es precisamente su gran acierto y atractivo. A mí me lo parece.
No me pierdo ninguna de sus colecciones, especialmente las de primavera-verano porque ese aire étnico que siempre destilan, me transportan a las semanas de días infinitos que sólo tienen las vacaciones.
Esta temporada convierten su tradicional paisley en naranjas y azules, las flores en intensos rojos y los amarillos más vibrantes que nunca.
Tampoco olvidan los pañuelos de flecos, los pantalones a media pierna, los chalecos y mil pliegues que dotan de movimiento cada una de sus prendas.
Cinturas marcadas con cinturones étnicos, bolsillos delanteros, escotes asimétricos…
Me encanta
¿Y a ti?