Ag(u)sto

Agosto ¿Ya? Pues sí. Agosto ya está aquí y yo sólo pienso en disfrutar y recargar las pilas para lo que, irremediablemente, está a la vuelta de la esquina. Pues sí, el tiempo vuela pero tranquila, todavía tenemos tiempo para descansar y estar ag(u)sto.

Últimamente recuerdo mucho a mi abuela cuando nos decía lo altos que estábamos » ya» o lo grandes que éramos «ya» o cuando se adelantaba semanas a un acontecimiento diciéndonos que «ya» estaba aquí y me sorprendo repitiendo sus mismas palabras.

¿Cómo es posible que estemos ya en agosto si hace nada estábamos tomándonos las uvas y recibiendo el año? Pues de cabeza al mes número 8 en un abrir y cerrar de ojos.

Tengo la sensación que el tiempo va más rápido de lo que yo soy capaz de procesar.

En las situaciones en las que más aprecio la rapidez del paso del tiempo es en las relativas a mis hijos. Mi hijo mayor está «ya» a la altura de mi hombro y no doy crédito. Hace nada era un bebé regordete que yo llevaba enganchado en la cadera como un monito y de repente, es un niño alto y espigado que va corriendo hacia la adolescencia a una velocidad de vértigo.

O mi hijo pequeño que entró en el cole hace tres días como quien dice. No hace tanto lo dejaba de la manita en su clase y me despedía de él contando los minutos para recogerlo pensando que aún era demasiado pequeño para eso, y ahora multiplica mejor que yo.

Y así me encuentro, no me da tiempo a recuperarme de la impresión entre sorpresa temporal y sorpresa temporal.

Pues con el verano me está ocurriendo lo mismo ¿Ya estamos en agosto? Ya y tengo la sensación que no he hecho ni la mitad de la mitad de lo que quería…

No he conseguido instaurar los hábitos que quería, ni he restaurado ni uno de los muebles que tenía en mente, tampoco he tocado la brocha para pintar como tenía planeado… y no digo esto con un matiz de autoexigencia, lo digo impresionada por lo tremendamente fugaces que son los días, las semanas y los meses.

Pero al menos, estoy ag(u)sto, muy a gusto y eso es lo importante en estas últimas semanas de vacaciones.

Cojamos fuerzas, descansemos, desconectemos y aprovechemos este mes en el que la vida comunica y nos hace esperar queramos o no. Feliz agosto.