Andrés Suárez, Naufragios, Entrevista

Con motivo de la inauguración de la exposición Naufragios, entrevistamos al artista Andrés Suárez. Un recorrido muy íntimo y personal por su trabajo e inspiraciones.

Acabas de inaugurar exposición, Naufragios estará hasta el próximo 6 de noviembre en Espacio Mondo ¿Cómo has llegado a Naufragios?

‘Naufragios’ surge de una necesidad de cambio. Venía desarrollando una obra muy racional, analizada y planificada, y por alguna razón surgió la necesidad de realizar otro tipo de ejercicio plástico en el que desarrollar otra parte de mi inquietud artística, una parte también visceral pero desde la acción y no tanto desde la palabra.

Esa necesidad no tenía forma, y durante estos últimos meses he ido experimentando con diferentes técnicas y materiales lo que me ha dado otros lenguajes y una relación diferente con mi proceso creativo.

¿Cómo definirías las obras que componen Naufragios? ¿Cuál es su hilo conductor?

Creo que los términos que mejor acotan estas últimas obras expuestas es repetición y movimiento. Naufragios habla de la continuidad de esa búsqueda interna, por tanto todas las obras incluso los bocetos desarrollados durante este proceso son parte de la obra.

La última parte que he desarrollado son obras más espontáneas, obras que contienen un porcentaje más alto de azar, una especie de caos contenido dentro de esos ‘bloques’ de madera que han servido como soporte.

Es muy diferente a lo que venías desarrollando en los últimos años ¿Te ha dado vértigo el cambio?

Mucho. Dentro del mundo del arte visto desde el punto de vista comercial, existe una parte importante que es la imagen que construyes con tu obra. La manera de comunicarla, explicarla, la cohesión entre lo que se produce.

Quizá sea por mi formación en el diseño gráfico, pero la coherencia entre todos los aspectos visuales de mi proyecto ha sido siempre muy importante. Por eso, la relación entre las obras siempre ha sido algo que he tenido muy en cuenta, y por tanto, este cambio respecto a lo que venía haciendo, ha sido un debate interno muy intenso.

Con el tiempo me he dado cuenta de que todo lo que hago, por diferente que sea, soy yo. Si ahora las obras que desarrollo son diferentes, es porque mi yo actual es diferente al de hace seis años que hizo el primer collage.

Creo que el cambio es natural en el ser humano, y que es natural que ahora me estimulen cosas diferentes a las que me estimulaban entonces. Es un camino más que investigar, una manera más para expresarme.

Hay una obra, Movimiento nº1, que es absolutamente diferente al resto de la colección y al resto de tus trabajos en los que se suele mantenerse una base cromática ¿Por qué está Movimiento nº1 ahí?

Creo que en esa búsqueda, uno prueba algunos caminos más disruptivos que otros. Esta obra es un ejemplo. Siendo una de las piezas más sutiles en cuanto a la forma, sin embargo es de las que más está captando la atención.

¿Qué te ha ayudado en el proceso creativo de Naufragios?

Aceptar el accidente como parte del proceso.

El pensamiento que más se ha repetido durante el proceso ha sido “el accidente es parte de la obra”.

Y conforme iban apareciendo diferentes elementos en la composición, iba observando e interpretando en relación a los demás para dejarlo o tratar de corregirlos de alguna manera.

¿El arte se planifica o fluye?

Hay que dejarle el espacio que necesita para que surja, y eso se planifica. Y también hay que cultivarlo.

Habitualmente ¿Cómo alimentas tu creatividad? ¿Cuánto hay de cierto en la frase “ hoy me siento inspirado”?

Al hilo de lo que venía hablando anteriormente, el arte hay que cultivarlo. Hay que cuidarlo y escucharlo. Si no, la llama se apaga. En mi caso, me ayuda relacionarme con estímulos nuevos y cambiar de lugar. Salir de la rutina para no aburrir a tu mirada y fijarse en cosas nuevas.