En uno de los momentos más difíciles de su vida, Esther apostó por el cambio, apostó por ella misma. Entrevistamos a la periodista y experta en comunicación Esther Parejo sobre su nuevo libro y todo lo aprendido durante su proceso de escritura.
«Aprendiendo a ser yo» es el título del libro que Esther Parejo fue escribiendo a lo largo de la recuperación de la enfermedad a la que se enfrentó el pasado año. Pero lejos de los que pueda parecer en una primera impresión, el elemento central de estas páginas no es la enfermedad, no es el cáncer.
Tampoco lo son las reflexiones que en torno a ella pudieron surgir en la autora. Los elementos que más resuenan en tu interior cuando te sumerges en la lectura de «Aprendiendo a ser yo» van más allá y calan en ti de una forma muy bonita, lo hacen desde la conciencia y el autocuidado.
La enfermedad fue el punto de partida pero no la protagonista, este libro es todo un alegato al amor propio y su necesidad.

«Aprendiendo a ser yo» se centra en el autoconocimiento, en la importancia de construir nuestro propio ser, nuestra vida interior y nuestro propio bienestar.
En estas páginas Esther nos invita a conectar con nosotros mismos y con todo lo que nos rodea, a trabajarnos muy bien porque esa es la única manera de vivir, disfrutar y también de hacer frente a todo lo que la vida nos pone por delante.
Hablamos de resilencia, de antifragilidad, del silencio, del ego… Hablar con Esther siempre ha sido enriquecedor, pero hablar con esta nueva Esther lo es más aún, cosa que ya era difícil de superar.


“ Aprendiendo a ser yo” es el título del libro que acabas de presentar basado en tus experiencias y aprendizajes de este último año que no ha resultado nada fácil ¿Este libro empezó a escribirse como tal desde un principio? Es decir ¿Quisiste escribir un libro o ha sido el resultado de hacer uso de la escritura como “terapia” en esos momentos?
En un principio comencé a escribir impulsada por la necesidad de acallar el ruido externo que surge durante un proceso de salud como el que estaba atravesando, así que inconscientemente, supongo que tuvo un efecto terapeútico.
Poco a poco, página a página la historia fue cobrando sentido, transformándose en otra cosa, en una conversación íntima con mi ser interior. Ya no movida por las etapas de una enfermedad sino por una toma de consciencia que traía consigo una declaración de intenciones:
no podemos vivir desconectados de nosotros mismos. No somos lo que nos pasa, sino lo que elegimos hacer con ello.

¿Podría decirse que más que como testimonio, este libro está enfocado en poner en valor la oportunidad que surge en medio de la adversidad? ¿Cuál es su fin último?
Efectivamente, este libro no es la historia de una paciente de cáncer de mama, aunque en el hilo conductor tiene mucha presencia, sino la de una mujer que, mientras afrontaba una situación adversa se reencontró consigo misma y su fuerza interior. Eso es lo que hace de este libro algo con lo que muchas personas, especialmente mujeres, se han sentido identificadas.
Es interesante el enfoque que das a conocer tu propósito de vida y de la necesidad de desligarlo de la idea de familia como eje central. ¿Crees que es algo que nos ocurre a todos o es más frecuente en la mujer?
Personalmente considero que la mujer se debate durante toda su etapa maternal en esa lucha interna entre su esencia como mujer, como persona y su rol como madre. Parece que una cosa tuviera que anular la otra y eso no debería ser así. Definitivamente es algo mucho más frecuente en la mujer por influencias culturales, sociales y de educación. Esto ha provocado en algunas generaciones infelicidad y frustración.
¿La palabra autocuidado es solo una tendencia o debería ser uno de los pilares de nuestra vida? ¿ y priorizarse?
El autocuidado trasciende de cualquier tendencia. En la actualidad es una necesidad imperiosa por múltiples motivos: ningún sistema sanitario en el mundo puede soportar el gasto en recursos sanitarios derivados del incremento de enfermedades crónicas que podrían evitarse gracias a adquirir unos buenos hábitos de vida, sobre todo una nutrición adecuada y ejercicio físico. Pero el autocuidado no se entiende sólo en el plano de lo físico, eso no sería suficiente, debemos cuidarnos también emocional y espiritualmente.
Priorizarse a una misma, para mí significa honrar tu cuerpo y tu alma porque sólo estando bien, puedes dar lo mejor de tí a los demás. En el fondo, priorizarse es un gran gesto de amor por los demás.

Nos relatas que venías de una época muy dura, de mucho trabajo y estrés. Estabas muy centrada en un objetivo profesional.
“Los últimos años los he pasado sobrevolando los días”, nos recuerdas que solemos vivir como autómatas y achacas tu enfermedad al estrés de esa época. Además de una enfermedad ¿Qué otras consecuencias acarreó consigo ese estrés?
Sin duda una de las mayores consecuencias fue el vivir sin estar presente, desconectada por completo de mi misma, vivir desde el hacer, no desde el ser. Creer que estás llegando a todo pero realmente no estás presente en ninguna de las cosas o situaciones en las que te encuentras.
Lamentablemente, hoy en día hay más zombies que vivos en las calles. El ritmo de vida actual nos ha hecho normalizar todo esto.
¿Crees que hoy en día es posible parar y prorizarse sin que sean tu cuerpo o las circunstancias los que te lo impongan?
Uff, quiero pensar que sí, pero la realidad es que como te decía veo demasiados zombies por las calles. Personas aceleradas, corriendo todo el día y sin capacidad para reconocer que así no se puede seguir. Pero no me gustaría dar una imagen apocalíptica con todo esto.
Otra manera de vivir es posible, lo que cuesta trabajo es tomar consciencia y dar los pasos necesarios para establecer nuestros no negociables.
¿Es cuestión de educar esa conciencia desde pequeños?
Sin duda, yo al menos no quiero que mis hijos lleguen a sentirse desconectados de ellos mismos, me gustaría que disfrutaran de cada proceso vital y aceptaran las dificultades desde una posición de aprendizaje. Ese será nuestro gran reto como padres.
Cuando atravesamos épocas realmente difíciles, hay una serie de elementos que nos pueden complicar o facilitar el camino. Hablamos de la aceptación, el miedo y la incertidumbre ¿ Cómo lo has gestionado? Del libro se desprende que has aprendido a “domarlos” ¿ Podrías afirmarlo?
Es imposible anular el miedo y la incertidumbre de esta ecuación, lo que sí está en nuestra mano es elegir que no tengan más protagonismo en nuestras acciones de la que merecen tener.
Yo atravesé, como cualquier persona en esa misma situación, momentos de auténtico terror. No temía por mí, sino por lo que pudiera ocurrirle a las personas a las que quiero si algo no salía bien. Pero una vez conocido el diagnóstico, simplemente no me planteé otra opción que no fuera vivir el proceso con una actitud positiva y constructiva. No tuve que forzar la situación, ni realizar un esfuerzo, estaba plenamente convencida de que era lo que mi cuerpo y mi mente necesitaba en ese momento. En mi fuero interno creía que si mis estímulos eran positivos, mis células me lo agradecerían y así lo hice.
Háblanos del ser, del ego y de la conciencia, conceptos que se repiten en el libro hasta convertirse en elementos centrales podríamos decir.
Cuando nos movemos por el ego, nuestra vida está dominada por nuestro cerebro, será la realidad que éste proyecte la que creamos a pies juntillas.
El ego nos sitúa en una actitud de lucha y confrontación y genera una gran frustración.
Cuando te posicionas desde tu ser, se despierta la consciencia, nuestra verdad y normalmente dominan el amor, el perdón y la gratitud algo que casi siempre se expande a los demás.
En tus páginas relatas que has sentido mucho amor estos meses. De los que están más cercanos a tí y de gente más alejada de tu vida. Pero es algo que no te resultó fácil de sobrellevar porque te hacían sentir enferma a tiempo completo ¿Cómo actuar en momentos así? ¿Qué palabras decir? ¿Sería mejor no decir nada?
Me siento incapaz de dar un consejo de este tipo. Cada persona y situación son completamente diferentes. Sólo te diré que siempre tuve claro que cualquier gesto, palabra o ausencia de las mismas encerraba un gesto de amor, respeto y prudencia hacia mí. No juzgar, esa es la clave. Pero sí es cierto que en un proceso oncológico es difícil desconectar, y en ocasiones los pacientes, necesitamos dejar de hablar de ello. Bastaría con escuchar el tono de voz y hablar sobre cualquier tema cotidiano para distraernos o llevarnos a hacer algo cotidiano.

Nos adviertes de la importancia de no olvidar el poder del silencio. Hay personas que tienen auténtico miedo a experimentarlo ¿Cómo podemos enfrentarnos a él y convertirlo en tu aliado?
Entiendo el temor que genera, porque yo misma lo he sentido en alguna ocasión. Todos hemos experimentado en alguna ocasión la sensación de tener la respuesta a esa pregunta incómoda en nuestro interior pero buscamos validar la respuesta en los demás por miedo a tomar una decisión. Para mi esa época pasó, y no pienso dejar de escuchar mi intuición nunca más.
En “Aprendiendo a ser yo” nos relatas que se abrió todo un camino ante tí el día que descubriste el término antifragilidad ¿Por qué te sientes tan identificada con este concepto?
En la resiliencia hay una aceptación pero no la intención de salir reforzados de una situación. No soy una persona conformista y por ello creo que nunca me ha resonado el término resiliencia.
En la antifragilidad hay una clara intención de extraer un aprendizaje de aquello vivido aunque se tratara de una situación adversa.
Terminaste de escribir el libro sin haber finalizado tu tratamiento. Ya han pasado unos meses y todo marcha bien. Desde la tranquilidad que ello aporta ¿Hacia dónde va Esther Parejo ahora?
Tras el tratamiento se abrió una etapa de aceptación y alineación con la nueva realidad que no fue del todo fácil, eso ha llevado su tiempo. Realmente se habla muy poco de cómo te vas a sentir al terminar un proceso oncológico porque, la verdad, es que tu vida ya no volverá a ser igual (y no quiero decir con ello que sea peor que antes).
Pero esta historia es más positiva que negativa, la Esther resultante de todo esto es una mujer mucho más consciente de su propósito: ayudar a otras mujeres profesionales a transformar su comunicación de marca personal e impactar en la sociedad a través de los medios de comunicación y alianzas y acuerdos estratégicos; y de su vida, lo que indiscutiblemente tiene un efecto directo en toda mi familia.
Mi mayor ilusión en estos momentos es materializar mi proyecto personal que surgió para tener más tiempo para disfrutar de los míos. Nos lo merecemos. Me lo merezco.
Sobre Esther Parejo

Con más de 20 años de experiencia en entornos corporativos, Esther ha ayudado a cientos de mujeres emprendedoras a construir su marca personal y aumentar su impacto e influencia en su nicho de mercado.
Ayudar a otras mujeres a tener éxito en sus negocios y compartir sus conocimientos es su propósito.
Crear una comunicación de alto impacto que ayude a aparecer en medios de comunicación, llegar a nuevos clientes y mejorar los ingresos, de una manera sostenible y realista que permita trabajar para vivir y no vivir para trabajar, son los objetivos que Esther ha ayudado a conseguir a las mujeres con las que trabaja.
Puedes conocer más de su trabajo en su página web y en su perfil de Instagram