Qué importante es una buena campaña!
Y si no que se lo digan a las marcas más destacadas del panorama fashionista que invierten cantidades desorbitadas en ellas y a sus creativos, que derrochan imaginación para sorprendernos continuamente.
Esta temporada ha habido una campaña que me ha gustado muchísimo, desde que la vi, la de Longchamp.
Los bolsos de Longchamp no han sido santo de mi devoción precisamente. Siempre he reconocido su utilidad y comodidad, pero lo cierto es que no tenía ninguna razón para incorporar a mi armario una de sus tradicionales bolsas plegables, bautizadas como «Le Pliage». Aunque realmente Longchamp es más que estos característicos bolsos, es en una de las firmas de marroquinería más relevantes y es que llevan más de medio siglo trabajando la piel. Pero como os decía, a mí «ni fu ni fa».
Sin embargo, la campaña que han lazado esta primavera consiguió captar mi atención desde el principio y ha conseguido que mire a esta marca con otros ojos.
Ésta preciosa instantánea tiene la culpa…
La campaña está protagonizada por Coco Rocha y por Lisa Winkler quienes recorren las calles de NY al más puro estilo urbanita a base de poses imposibles.
Hace unos días, repasando revistas atrasadas, me topé con un artículo en Vogue, en el que desentrañaban al alma de esta campaña. Me sorprendió mucho conocer que la directora creativa no era otra que una bailarina granadina, Blanca Li. Quien tras más de 20 años dedicada a la danza, haber pasado por la ciudad de los rascaciellos, París, haber fusionado el hip-hop con el flamenco y ser considerada una de las principales renovadoras de la danza, se suma al proceso de refuerzo y reinvención de Longchamp.
La verdad es que es innegable que la danza está más que presente en estas fotografías. Y a mí me ha encantado…
La verdad es que es innegable que la danza está más que presente en estas fotografías. Y a mí me ha encantado…
Se acabaron los «ni fus ni fas» con Longchamp