Una película clásica sobre vacaciones para el mes vacacional por excelencia, Una Locura de Verano es una película avalada por la gran Katherine Hepburn y dirigida por Davis Lean, director de grandes clásicos del cine.
Una Locura de Verano es una película de 1955 protagonizada por Katherine Hepburn y Rossano Brazzi y dirigida por David Lean a quien avalan títulos como Dr. Zhivago o El Puente sobre el Río Kwai. Fue una historia ganadora de dos oscars y la actriz principal estuvo nominada a la estatuílla en su papel de Jane Hudson.
Jane Hudson es una chica, como ella misma se define, de edad mediana que emprende su viaje soñado a Europa, para conocer la ciudad de sus sueños, Venecia. Junto a sus maletas físicas, acarrea una maleta emocional que es la que más le pesa, su soledad. Durante este viaje Jane vive con el anhelo de encontrar a alguien con quien compartir su vida.
Hay quien opina que el argumento de esta película se queda algo corto, no es una comedia romántica, tampoco es un dramón, puede ser, no lo voy a negar. Pero esta película ofrece más que un argumento. Esta película es un maravilloso paseo por Venecia a mediados de los 50.
Similitudes con la actualidad:
Siempre pensamos que el momento que nos toca vivir es el más intenso que nunca se ha vivido. La mayor crisis, la mayor tensión, la mayor fraternidad…Tendemos a intensificar lo que nos toca vivir, es ley de vida.
Algo así hacemos con el turismo, pensamos que nunca se ha vivido el tema del turismo como se vive ahora. Y es cierto, la Venecia del 55 tenía venecianos en sus calles, cosa que ahora no ocurre. Pero en la película podemos apreciar la cantidad de turistas tan inmensa que ya entonces recorrían sus calles y ocupaban la ciudad para terminar convirtiéndola en la especie de parque de atracciones que es hoy. Apreciación que ya hace el señor McIlhenny nada más conocer a Jane.
La gran diferencia es que el turismo de los años 50 parecía más refinado que elegante que el de hoy en día.
También he encontrado una gran similitud con la obsesión de Jane por grabar y fotografiar todo lo que se cruza en su camino y la de que tenemos hoy en día.
Si Jane hubiese tenido un teléfono móvil, estoy segura que hubiera andado sumergida en las rrss en la ciudad de sus sueños para intentar mitigar la soledad que siente.
Soledad acentuada por cada pareja de enamorados que ve pasar, por cada par de manos entrelazadas que ve o cada mirada furtiva que aprecia y no va dirigida a ella.
Esta obsesión de Jane por grabar desaparece en el momento en el que inicia de su historia con Renato.
¿Dónde está la cámara? dice el niño. La olvidé, contesta mientras corre hacia la peluquería porque esa noche tiene una cita con un elegante italiano.
Historia de amor:
Una Locura de Verano es la historia de un amor de verano maduro, un flechazo, unos días de intensidad cual fuegos artificiales ( y no en sentido figurado, es el recurso que usan para dar a entender que pasan la noche juntos) y una adiós.
Sensacional el paralelismo que marcan entre la relación de Jane y Renato con la flor de la gardenia que ella nunca termina de tener.
Finalmente los enamorados se topan con un inconveniente bastante difícil de salvar.
Hecho que es determinante para definir su romance como un amor de verano y no como un amor para toda la vida.
Perlas de Una Locura de Verano:
- El paseo visual por la Venecia de los años 50, Venecia es una protagonista más de la película.
- El vestuario y la elegancia femenina y masculina de cada personaje, es una delicia.
- La amistad que entabla con el niño.
- La escena del tomavistas y el canal, maravillosa y todo lo que ocurre después.
- El diálogo entre el matrimonio McIlhenny y Jane en el barco.