2015 no ha sido un año en el blog que se haya caracterizado precisamente por los post con looks. Los primeros meses del niño, recuperarme un poco del embarazo, la falta de tiempo, quizás otros intereses…No se exactamente cuál ha sido la causa, pero lo cierto es que pocas veces me has visto por aquí enseñando aquello que me pongo en mi día a día.
Ya sabes que mi intención nunca ha sido la de enseñar las últimas tendencias, ni hacer fotos de top model (muchos kilos y facciones nos separan). Mi única intención ha sido mostrar mi estilo, lo que me gusta, como llevo yo tal o cual prenda porque quizás pueda darte una idea al igual que me dan a mí en otros espacios. En fin…lo que digo siempre, la vida normal de una chica normal.
Empecé 2015 embarazadísima, pocas cosas me quedaban bien y no estaba dispuesta a invertir ni un euro más en ropa premamá. Así que como podía iba tirando de aquí y de allá. Camisas y jerseys de mi marido, camisetas amplias y abrigos que no cerraban ni por asomo.
Pero a pesar de los 17 kilos de más, me encantan esas fotos. Se me ve una cara de felicidad…No te voy a engañar, fue una etapa preciosa y muy «ilusionante».
2015 ha sido un año complicado para mí a la hora de vestirme por la recuperación del embarazo. Me encantaría decir que ha sido sencilla y rápida, pero no. Todavía tengo más kilos encima de los que tenía antes de quedarme embarazada y me está costando trabajo decirles adiós.
Así las cosas, una buena parte de mi armario sigue sin servirme y como pretendo perderlos, tampoco quiero comprar ropa nueva…En fin, problemas que no lo son tanto.
Este año he sido adicta a los vaqueros rasgados, me enamoré perdidamente de la falda abotonada vaquera, igual a una que tuve en mi adolescencia. Los cuadros vichy volvieron a mi vida en forma de pantalones culottes y falda midi.
En alguna ocasión me atreví con los labios rojos, ya sabes que no son lo mío, sólo porque iba a rabiar con uno de mis bolsos favoritos. Casi abandono para siempre los tacones pero he decidido que no sea así, que me rechiflan y no lo puedo permitir.
Para variar, en 2015 he seguido abonada al negro y no creo que 2016 sea diferente. Me he vestido de madrina por primera vez para un bautizo de verano en familia, en el que aposté por la sencillez salvo por un cinturón de piedras semipreciosas hecho por mí.
Los accesorios han sido la clave de mi manera de vestir en 2015:llegó mi brazalete «Falling Jasmine», mi bolso fucsia Longchamp, arreglé un par de bolsos vintage, mis zapatos brillaron…
A ver qué le depara 2016 a mi armario…
Hasta mañana!!