Pocas cosas hay más elegantes que un vestido con plumas. No cualquier pluma, tiene que ser una pluma decadente, lánguida y sobre todo muy liviana.
Las plumas se aman o se odian, no hay término medio. Y lo digo así, tan tajante porque son ya muchos años haciendo tocados y muchos años escuchando frases como «No le pongas ni una pluma que no quiero parecer un pájaro» o todo lo contrario » No te cortes, cuantas más mejor».
En mi caso es amor absoluto, es pura elegancia y mi querida Diane lo sabe bien…
En esta ocasión la actriz suma plumas, flores en relieve y transparencias. Así visto podría resultar demasiado, sin embargo resultan la conjunción perfecta, al igual que en este otro vestido…
Y en versión capa…
¿Cuál es tu opción?
¿Amas u odias las plumas?
Estrenamos mes, os deseo lo mejor…