Tenía escrito este post desde febrero pero no había terminado de editarlo por una u otra razón. Poniendo un poco de orden en este blog me topé con él y lo primero que vino a mi cabeza fue desecharlo. Pero opté por abrirlo y leerlo.
Entonces, pensé que quizás podría servir de ayuda a quienes han aprovechado este momento vital que estamos atravesando para reorganizar sus vidas, atender prioridades y buscar una nueva manera de vivir, al fin y al cabo.
No voy a editar algunas frases que evidentemente lo requerirían, me apetece dejarlo tal cual y estoy segura así sabréis entenderlo. Conservarlo en la más pura inocencia de quien confiaba en un gran 2020 …. ( Eso sí, las pondré en cursiva)
¿A estas alturas de febrero se puede seguir hablando de nuestros propósitos de 2020? Despropósitos como me gusta llamarlos a mí, rara vez consigo algo de ellos.
Creo que sí. Es más, pienso que justo ahora, pasada la «euforia» de principio de año y pasado el aluvión de listados es cuando verdaderamente podemos sentarnos y meditar qué es lo que realmente queremos de estos meses que tenemos por delante.
2020 suena bien, muy bien y tengo muchas esperanzas puestas en él. Lo que llega a ser peligroso, por un lado. Pero también, te hace vivirlo con mucha más ilusión y alegría.
Y en esas estoy, analizando lo que lo busco en 2020 y, lo más importante, trazando un plan para poder conseguirlo. Porque quizás, donde más fallamos es en el plan para hacerlos realidad.
He meditado qué cosas podría hacer para sentirme mejor en las diferentes facetas de mi vida. Cosas que me harán disfrutar más de la vida, aprovechar más el tiempo, sonreir más y frustarme menos, cuidarme, focalizarme, aprender cosas nueva, crear bonitos recuerdos…
He pensado largo y tendido, he hecho listas, he revisado apuntes… Y así, he terminando dividiendo los propósitos en áreas:
- Familiares
- Laborales
- Personales
Y dentro de ellos, los he organizado por nivel de prioridad ( los que más aportan, los que más me apetecen, los que me harán sentir mejor…)
Luego he cogido cada propósito en sí y he desgranado tres anotaciones en cada uno:
- Las cosas que puedo hacer para cumplirlos
- Las tareas imprescindibles en cada propósito
- Aquello que me motivará para seguir adelante cuando la fuerza de voluntad flaquee.
Luego he cogido un calendario y he intentado cuadrarlos a lo largo de todo el año.
No se trata de empezar a cumplir propósitos desde el minuto uno al estilo espartano. Creo que lo mejor es darse tiempo, saber que implementarlo todo a la vez quizás sea abrumador y que la posibilidad de abandonarlo todo en dos semanas es más que posible. Por eso, si los distribuimos por todo 2020 es mucho más sencillo, factible y no nos provocará un estrés añadido.
Así:
- Medita qué cosas buscas en este nuevo año, tus propósitos.
- Divídelos en grupos por sus características ( por ejemplo, familiares, organizativos, laborales, en pareja, salud…)
- Prioriza dentro de cada categoría.
- Desgrana los propósitos en detalle y busca de qué manera los podrías conseguir.
- Asígnalos en un calendario.
Es curioso pero este ejercicio ha terminado mostrándome (más allá de esforzarme para crecer como persona) de un modo muy claro mi estilo de vida, mis prioridades, mis sueños y las cosas que verdaderamente me hacen bien.
Y quizás lo más importante de todo, trabajemos la paciencia porque Roma no se construyó en un día. Centremos la atención en metas cortas. Trabajemos nuestra fuerza de voluntad porque será la base de lo que consigamos. Disfrutemos del proceso más que de la meta en sí. Aplaudamos nuestros logros por pequeños que sean. No nos fustiguemos cuando las cosas no salen.
Y en relación a todo ésto que te cuento, he sacado otras listas que he llamado «vitales» que me hacen recuperar mi centro, recordarme lo importante y vivir más a gusto conmigo y con el mundo en general. Listas a las que acudir cuando me descentre, cuando las fuerzas escaseen o la incertidumbre se apodere de mí. Son estas:
- Mi filosofía de vida
- Mi motivación
- Mis objetivos a largo plazo
No está de más trabajar para conocerse mejor, recordarse de vez en cuando cómo quieres vivir tu vida y los caminos que te gustaría o no tomar.
Hay muchas personas que no necesitan realizar este tipo de ejercicios, ni hablar de propósitos. Pero a otras como yo, esta descarga de pensamientos en papel y en calendario hace mucho bien. Demasiados pensamientos revoloteando crean bastante caos mental y agradezco ponerlo todo en orden.
¿Qué tipo de persona eres tú? ¿Necesitas este orden y planificación? ¿Cómo se te da cumplir propósitos?
Ya veremos cómo terminan mis propósitos de 2020, es la primera vez que no los escribo e intento cumplirlos a bocajarro. ¿Será ésta la clave para que dejen de ser despropósitos? Ya te contaré en 2021…
¿Eres de los que pretende salir de esta situación reforzado o tocado? A veces no está en nuestras manos esa elección pero sin duda podemos poner de nuestra parte para tirar hacia el lado que más nos puede aportar y hacer crecer ¿No crees?