Visité la exposición de Erwin Blumenfeld que se estaba celebrando en Sevilla justo antes de que nuestra vida cambiase radicalmente.
No quería dejar de compartirla porque es un auténtico espectáculo estético y visual y estoy segura que te gustará.
Llevaba semanas con ganas de ir la exposión. Ya intuía que la situación iba a cambiar radicalmente así que aprovechando nuestros últimos días «desconfinados» me escapé a visitarla al CICUS.
La sorpresa fue doble, de un lado, la soledad absoluta en la que la visité. Lo que fue un auténtico regalo. La intimidad y serenidad de las que disfruté lo hizo aún más especial. De otro, la belleza rotunda de su obra. Conocía parte de su trabajo pero sólo pinceladas. Esta recopilación de fotografías me impresionó como sólo impresionan las cosas que ves por vez primera.
Erwin Blumenfeld cogió una cámara de fotos por primera vez con diez años y eso, se convirtió en el eje central de su vida, llegando a convertirse en uno de los fotógrafos de moda más relevantes de la historia de la moda.
Desarrolló los inicios de su carrera en Europa, donde conoció de cerca las vanguardias artísticas que quedaron impregnadas en sus posteriores trabajos. La influencia del dadísmo, el surrealismo o técnicas revolucionarias en la fotografía del momento colocaron sus obras entre las más destables de la historia de la fotografía de moda.
Durante la Segunda Guerra Mundial fue prisionero en un campo de concentración y en 1940 se exilió a Nueva York donde se convirtió en el fotógrafo de moda más cotizado y donde sus portadas de Vogue o Harper´s Bazaar resultaron una explosión de creatividad y desafío a los cánones del momento.
El uso de los colores, la composión fotográfica, las poses de las modelos…Todo resultaba nuevo, atrevido y muy diferente a lo que se hacía en moda entonces. Era tan novedoso que hoy en día, sus fotografías no resultan antiguas ni fuera de tiempo.
Si te gusta la fotografía de moda te recomiendo encarecidamente una pequeña investigación por su obra que seguro será todo un deleite visual para ti.
Aquí te enlazo un artículo muy interesante de Vanity Fair.