Cuando compré el bolso que os enseño en este post pensé que quedaba mucho tiempo para sacarlo de paseo. Estábamos en octubre y debido a su color iba a pasarse una buena temporada guardado en el armario. Sin embargo, este año (mejor dicho, curso) ha pasado volando para mí. Entre los preparativos de la llegada del niño, sus primeras semanas, verlo crecer a pasos agigantados…Cuando me he dado cuenta estamos a punto de estrenar junio y casi no me lo puedo creer. Así que he pensado que ya va siendo hora de despertarlo de su letargo y tenerlo bien a mano.
Lo compré en nuestro viaje a Lisboa, en el mercadillo en el que también compré este otro bolso vintage. Como no podía decidirme acabé trayendo a casa los dos pero por el precio que tenían bien merecían la pena. Creo que será un buen compañero de verano especialmente ahora que apuesto por bolsos más pequeños ya que me resultan más cómodos para ir con el cochecito.