La Historia de la Feria de Abril es conocida, proviene de una feria de ganado, pero qué llevó a la Feria ser lo que hoy es, mejor dicho…quién.
La Feria de Abril nació con la iniciativa de dos concejales, Ybarra y Bonaplata, que propusieron organizar una feria mercantil de compra-venta de ganado. Dicha feria, que se celebraría en el mes de abril y duraría tres días. Esta propuesta fue aprobada por Isabel II y ya en su primera edición se consideró todo un éxito.
Hay quien dice que la idearon un vasco y un catalán, a saber, Ybarra y Bonaplata, pero si eran concejales del Ayuntamiento de Sevillla, es que ya de sevillanos tendrían bastante y resulta un tanto sensacionalista esa afirmación.
Pero el verdadero artífice de la Feria tan y cómo la conocemos hoy, como una fiesta popular y social y no como una feria mercantil, fue Antonio de Orleans es decir, el Duque de Montpensier.
La feria ganadera se celebraba en el Prado de San Sebastián y en torno a ella, surgieron lugares para comer y en torno a ello, lugares para socializar y en torno a ellos, personas que socializaban ¿Y cómo se socializa principalmente en el Sur? Comiendo, bebiendo, cantando y bailando.
El Duque de Montpensier supo apreciar que en esa feria de ganado la diversión ganaba peso y él quería participar de esa diversión. Pero al ser Duque, era impensable que participase de la fiesta como hacía el resto. Así que montó su «propia caseta», la decoró y en ella recibía a sus amigos y los agasajaba con comida y bebida.
¿Nos suena la historia? Un poco quizás…Después del Duque llegaron otro nobles, otras personas de recursos de la sociedad sevillana y así, se fueron extendiendo las creaciones de las casetas hasta el día de hoy.
Con el paso de los años las Feria perdió su carácter comercial y se centró en el festivo quedándose en su enclave del Prado de San Sebastián hasta el año 1973.
La feria alcanzó su actual estética alrededor de los años 20 bajo el diseño de Gustavo Bacarisas y no fue hasta los años 80 cuando se regularizó el montaje y apariencia de las casetas de feria.
Y en torno a esta feria, se empezaron a hacer carteles que la anunciaban, se montó una pasarela que servía como puerta de entrada y que es el origen de la actual Portada, se unió la celebración de corridas de toros para esos días…
La historia de esta fiesta y su evolución han sido grandes aliados para los sevillanos y para esta ciudad. Se supo apreciar su valor, se supo abrir más allá del sector comercial y se la hizo evolucionar de manera que su esencia no se perdiera. Esa esencia es disfrute del sevillano. Ahora tenemos un reto, o bien seguimos manteniendo su esencia o dejarnos llevar por su origen comercial ¿Qué hacemos con la Feria? ¿Cómo la evolucionamos?
El tiempo dirá y espero que hayamos sabido elegir.