Las semanas de la moda tenían la función de presentar las colecciones de las firmas participantes a compradores, grandes almacenes o medios especializados. Luego ellos hacían su trabajo, encargaban lo que más encajase con su público, se realizaban editoriales de moda por parte de las revistas… Mediaban meses entre la presentación y la llegada de la tendencia al público en general. Este público, en la mayoría de los casos, desconocía las tendencias hasta que colgaba de una percha en su tienda de referencia.
Hoy en día, conocemos las tendencias en directo, las vemos a través de la pantalla a la vez que compradores y medios especializados y luego, se hacen virales, la velocidad a la que se expanden da vértigo. Entonces, pasan meses, muchos meses y es cuando las encontramos en las tiendas. Las hemos visto ya tanto que no nos aportan novedad ni frescura alguna. Por ejemplo, las colecciones que repasamos aquí ( 9 de marzo) son las que ahora cuelgan en las ya mencionadas perchas.
Incluso las revistas de moda que realizaban auténticos despliegues en marzo y agosto con los especiales de temporada, dejaron de imprimirlos, ya no hay novedad, todo ha cambiado.
Me pregunto entonces ¿ está este sistema obsoleto? ¿Qué sentido tiene conocer una propuesta que no estará a la venta hasta dentro de 6 meses con la inmediatez que vivimos hoy?
Todo está cambiando mucho en el mundo de la moda, de manera continua. Se introdujeron colecciones cruceros que avivaban las firmas entre colección y colección, el patrón de compra de las nuevas generaciones es muy diferente ahora e incluso el negocio que generan las pasarelas a su alrededor empieza a cobrar vida por sí mismo más allá de un desfile.