Los collages de Matisse

Repasamos la evolución artística hasta llegar a sus conocidos collages del que es considerado uno de los mejores artistas del s. XX, el francés Henri Matisse.

Su sello y su identidad reside en el uso del color, ya fuera en su primera etapa de estudiante, como procursor del flauvismo, en su etapa más serena de edad adulta o al final de sus días con sus inconfundibles collages.

Henri Matisse siempre realizó un uso del color de manera muy personal y significativa, de un modo muy visceral que lo llevó a destacar y crear algunas de las obras más significativas de los últimos 100 años.

Licenciado en Derecho, no tardó en abandonar la abogacía para dedicarse al arte. Lo estudió, lo trabajó y Picasso llegó a considerarlo el único artista coetáneo que podría hacerle sombra.

Libre, desprendido y vigoroso en su estética pronto abandonó de las corrientes artísticas más tradicionales para rendirse a un arte que eliminaba perspectivas y claroscuros, de toques rápidos y espontáneos, en el que el color llevaba la voz cantante.

Esta nueva estética dio lugar a la denominada por el crítico Louis Vauxcelles en 1905 en el Salón de Otoño, fauvismo, de la calificación de fauves (salvajes) que recibieron entonces.

Matisse estuvo muy influido por Van Gogh, por Gauguin y los postimpresionistas. Sus viajes por España y África lo acercaron a un estilo más morisco, hacia lo nativo e incluso lo primitivo, todo quedó profundamente reflejado en su obra.

Matisse suprimía detalles y tendía hacia la simplificación ya fuese en trazos, técnicas o color. Ejemplo de ello es el uso de colores primarios en sus obras y la sensación de «boceto» que se aprecia normalmente en sus trabajos.

La madurez serenó un poco ese estilo libre y «asalvajado» lo que trajo un mayor reconocimiento del público y una notable capacidad de ventas de sus obras.

La última etapa creativa de Matisse quizás sea la más interesante a nivel experimental

Sus problemas de salud lo llevaron a pasar sus últimos años sentado en una silla de ruedas y ello, unido a la dificultad para manejar los pinceles con su habitual maestría, trajo consigo nuevas formas de expresión a través de sus collages.

En su última etapa Matisse empieza a pintar con tijeras.

Con 75 años inicia una época experimental, como si de un joven artista sin experiencia se tratase, para iniciarse en una nueva etapa en la que consigue llegar a una especie de punto intermedio entre escultura y pintura, un lugar en el que trabajar directamente con el color.

Así lo reconoce el propio artista en su ensayo «Écrists et propos sur L´art» :

El arte cortado me permite dibujar el color. Para mí se trata de una simplificación…Dibujo directamente en el color…«

Sus primeras obras en collages las recogió en un libro denominado Jazz en el que las imágenes evocaban visualmente cómo sonaba el jazz.

Estas obras eran composiciones básicas pero muy trabajadas que se corregían continuamente en busca de un perfecto equilibrio de formas y colores.

El artista en esta etapa coloreaba papeles, luego les daba forma con sus tijeras, sus nuevos pinceles, y ayudados por su equipo, bajo el mando de Lydia Delectorskaya, los probaba, colocaban y recolocaban en su soporte final.

Las formas de la naturaleza eran su inspiración, el propio cuerpo humano, las algas, las estrellas, los corales… formas fluidas y dinámicas, llenas de vida y movimiento.

Estos collages luego acabaron plasmados en murales, tapices e incluso vidrieras.

Hoy en días cuelgan en multitud de hogares, estoy segura que sin conocer el recorrido y el sentido de los mismos, simplemente por el hecho de lo que transmiten. Al fin de cuentas ¿ No es exactamente eso el arte?

En 2015, el Moma de Nueva York reunió un número significativo de estas obras bajo el título The Cut Outs, os enlazamos este artículo sobre la misma ya que nos ha resultado de lo más interesante.