Nos hubiera gustado ir más días, recorrer ciudades como Chaouen o Asilah pero por diversas razones sólo pudimos organizar una excursión de un día. Aún así nos cundió mucho y pudimos visitar la Medina, ir de compras y curiosear una cultura que no deja de sorprenderme (sobretodo sabiendo que está a menos de 30 minutos de aquí.)
Nos levantamos muy temprano y fuimos rumbo a Tarifa, por el camino no podía dejar de pensar en lo bonita que es la provincia de Cádiz y en sus maravillosas playas. Poco a poco empezaron a aparecer los molinos, a soplar el viento y llegamos a tiempo para coger el primer ferry. Fue una travesía muy tranquila y agradable. Se divisaba la playa de Bolinia y su enorme duna, los diferentes azules del agua incluso nos acompañaron juguetones delfines que hicieron las delicias de todos los pasajeros.
Una vez allí te das cuenta de lo diferentes que somos estando tan cerca. Viven de otra manera, el tiempo se relentiza y parece que nuestro día a día y preocupaciones desaparecen como por arte de magia, no hay prisa.
Dicen que antes estaba lleno de españoles que organizaban excursiones como la nuestra pero apenas nos cruzamos con alguno, había muy pocos turistas y se sentía el verdadero ritmo de la ciudad.
Después de pasear por la Medina y pasar la mañana regateando en sus tiendecitas, pusimos rumbo a la playa para comer para luego pasar la tarde al sol, con un delicioso té y en la preciosa terraza de unos amigos. Pero antes de irnos pasamos a comprar dulces y pastelas que allí no son ricos, son lo siguiente.
Creo que es mejor que lo veáis, lo prometido es deuda…
Feliz Miércoles!!