Cuando te casas recibes muchos regalos. Algunos son esperados, otros útiles, otros inútiles, los hay horribles y esperpénticos (que van derechos al trastero) los hay emocionantes y sorprendentes …pero hay una clase de regalos que son muy muy especiales, porque están hechos con el corazón…
Éste es el caso del regalo de bodas de mi prima. Ella es arquitecta, manitas y muy inquieta con lo que siempre tiene algo entre manos. Hace unos meses nos sorprendió a todos con la noticia de que se había apuntado a clases de encaje de bolillos…..????????…….Así nos quedamos todos. El caso es que empezó a cogerle el truquillo y a avanzar a pasos agigantados. No lleva ni un año y éste ha sido su regalo de bodas:
El abanico que utilicé ese día fue hecho por ella, enterito, nudo a nudo e hilo a hilo….Creo que es una verdadera obra de arte. No puedo ni imaginar las horas que ha podido emplear en él, aquí no hay máquina que valga, sólo un mundillo y decenas de palitos que se van cruzando y anudando hasta que consigues tesoros como éstos.
Hay quien le ha dicho que abandone la arquitectura y se dedique a ésto. Lo que me ha hecho pensar en que estas labores no están reconocidas, es una triste realidad… pagamos un dineral por cualquier artículo que lo fabrica en serie una máquina y esos pequeños tesoros, completamente artesanales, piezas únicas que llevan detrás muchas horas, suelen parecernos caros y excesivos.
Miles de gracias M* sabes que no pudo hacerme más ilusión!!! Un besazo!!