Creo que mi adicción por recuperar muebles de cualquier rincón, por muy estropeados que estén, debe ser genética. Decididamente no puedo evitarlo. En casa tenemos nuestro dormitorio, el comedor, varias cómodas y espejos, lámparas…Todo recuperado de nuestros abuelos. Así hemos conseguido una casa muy personal llena de «recuerdos renovados».
Nuestra última renovación ha sido una descalzadora para la habitación del bebé. Tendríais que haberla visto! Estaba arrumbada en el trastero, sucia, desfondada y con un tejido horrible. Pero su estructura era tan bonita que ya la imaginaba tapizada en terciopelo buganvilla para el taller.
Sin embargo cuando empezamos a montar la habitación del niño, no hacía más que imaginarla en celeste empolvado y así ha terminado siendo.
Por cierto, editando este post me ha dado cuenta que la mesita y la lámpara de pie también son recuperaciones.
¿Qué os parece?
¿Sois recuperadoras de muebles como yo?
Feliz día!