El verano llegó exactamente el jueves 20 de junio a las 22:51 h. y nos acompañará por tres meses. Tres meses que se caracterizarán por muchas horas de luz, altas temperaturas, la celebración de unos Juegos Olímpicos y vacaciones o viajes a nuestro alrededor, con suerte, para nosotros mismos.
Pero más allá de lo propio de la estación ¿Qué esperas del verano?
¿ Qué quieres que estos meses estivales te ofrezcan además de lo que se espera de ellos ? ¿Lo has pensado?
Yo sí lo he pensado, estoy muy reflexiva últimamente.
Me gustaría que estos meses trajeran consigo muchas horas de lectura, ya sean en la comodidad de mi sofá, con el mar en el horizonte o bajo un árbol. Me apetece mucho leer, lecturas facilonas, formación o escritos más complejos. Pero dedicar tiempo a este gran placer que me atrapa y da alas.
Quiero que este verano me regale alguna puesta de sol mágica, de esas que dejan al descubierto la evidente grandeza de la naturaleza y que nos hace comprender la belleza en la que habitamos. Una puesta de sol de las que nos coloca en nuestro sitio ¿Has vivido alguna así? Yo he tenido varias experiencias y, de verdad, resulta un momento tan mágico como revelador.
Me gustaría compartir tiempo de calidad con las personas que quiero, familia y amigos, momentos de conexión real, sin prisas, sin listas de pendientes, sin interferencias externas… A veces me da la sensación que hay que luchar contra los elementos para conseguir un tú a tú auténtico y espero que el verano con la paz que lo caracteriza venga cargado de momentos como éste.
También querría incorporar nuevos hábitos a mi vida, ya te lo he contado esta reflexión.
Sería fantástico que estos meses me dieran la oportunidad de dedicar más tiempo a cocinar. No es una de mis pasiones, cocino por necesidad. Sin embargo, me apetece probar nuevas recetas, salir de nuestra lista habitual y dedicar tiempo y cariño a esta labor. Es una acción que me recuerda mucho a mi abuela, cuando le preguntabas cómo había hecho tal o cuál plato, siempre respondía «con amor» y no hay mayor verdad. Cocinar para los demás es un acto de amor y este verano espero tener muchos de ellos.
Este verano quiero dedicar tiempo a mi casa, a realizar cambios, restaurar muebles que tengo pendientes, pintar, tapizar sillas… Es una labor de la que disfruto muchísimo pero que requiere de un buen número de horas continuadas para que resulte fructífera. El verano me da esa posibilidad y quiero sacarle el máximo partido. Realizar tareas con las manos es una genial práctica de atención plena y es una realidad que al finalizar, parece que hayas pasado horas sentada en el diván del mejor de los terapeutas del mundo.
Estos meses quiero saltar y cantar a pleno pulmón en un concierto, ya nos lo escribe Isabel Cendán, nuestra editora invitada, es un auténtico bloqueo de felicidad. También disfrutar de mis adoradas películas clásicas en versión cine de verano.
Pero además me gustaría, pasear por la orilla de mi playa favorita, comer sardinas asadas con los pies enterrados en la arena, olores a dama de noche mientras paseas al caer el día, tomar helado en mi heladería favorita, andar descalza a todas horas, amanecer sin despertador, escuchar el chirrido de las chicharras… ¿Será por pedir?
¿ Qué te gustaría vivir este verano? He llegado a la conclusión que, como todo en la vida, no sea tanto esperar a que el verano nos regale estos momentos como poner de nuestra parte para hacerlos realidad.
Feliz verano.