Ayer llegó el otoño definitivamente a nuestra casa y digo ésto porque al fin pusimos las alfombras.
No sé en tu ciudad, pero en el sur, verano y alfombras no son términos muy compatibles. Así que cuando llega el calor aprovechamos para llevarlas a limpiar y de camino estamos bien fresquitos en casa. Pero, ahora que el tiempo ha refrescado bastante estaba deseando ponerlas y sentir la calidez que transmiten.
Las alfombras crean una sensación de casa acabada y vivida que es única. Una casa no está lista hasta que no tiene sus alfombras puestas. Además, nos sirven para delimitar espacios, para aportar color, para añadir serenidad…En fin, un mundo de posibilidades a nuestros pies y nunca mejor dicho.
En nuestro caso, tenemos una de mucho color para la zona de estar del salón en el que predominan los colores claros y neutros. En el comedor, sin embargo, es clara porque nuestro comedor es una pieza antigua y la madera oscura. De este modo le restamos seriedad y le damos más luz. Y así podría contarte la historia de las mil y una alfombras que tenemos ( incluso prestadas) porque parece ser, que soy una obsesa de ellas.
Elegir una alfombra no debe ser fruto del azar, por el contrario, creo que debe ser una decisión muy meditada porque pueden realzar cualquier espacio o por el contrario destrozarlo.
Aquí te dejo una selección de alfombras con mucha personalidad que me han encantado, cada una en sus circunstancias y en su marco adecuado:
La alfombra de flores gigantes es una preciosidad gracias a sus tonos y su dibujo tipo acuarela. Pero aunque sea tan bonita nos plantea varios problemas. Nos limita el uso de estampados en la estancia y además no es apta para espacios pequeños.
Para espacios pequeños es mejor optar por un estampado más discreto como por ejemplo el vegetal de un tamaño intermedio. Muy alegre y colorida ésta!
Las rayas son todo un clásico en alfombras. Me gustan para estancias como dormitorios, despachos o recibidores.
Los estampados geométricos están ahora muy de moda en las alfombras. Aquí hay varios ejemplos, desde el étnico que aporta mucha calidez a la de estilo marroquí. Las alfombras marroquíes son otra historia, su lana es maravillosa y hundir los pies descalzos en ellas es toda una experiencia. Lo más difícil elegir sólo una entre tanta maravilla.
Si no quieres quitar las alfombras en los meses de más calor, te recomiendo una alfombra de fibras naturales. Resultan más rústicas y no son muy cálidas, pero consiguen otros de los objetivos como delimitar o aportar luz. Nosotros tenemos una que ahora mismo está en casa de mis padres, es nuestra alfombra de verano como me gusta llamarla, aunque este año hemos tenido nuestros pies en mármol directamente.
Las alfombras de estilo vintage o las adamascadas son preciosas. Es cierto que algunos dibujos son demasiado y que te limitan mucho la decoración pero todo depende del caso concreto, ya te decía antes que hay que meditar mucho la elección y no precipitarse. En cualquier caso es un clásico con el que no te vas a equivocar.