Hace unas semanas estuvimos de bautizo. La verdad es que era una celebración que nos hacía especial ilusión. Creemos que es un momento importante y nos apetecía celebrar esta ocasión tan bonita con la familia.
Después de una misa preciosa pusimos rumbo a casa de los abuelos. Casa que nos llevamos todo un fin de semana preparando porque, aunque poco hacía falta, yo soy una lianta de los pies a la cabeza y termino metiendo a todo el mundo en mis historias y shoptimismos varios.
Mesas redondas de mantelerías blancas, toldos para combatir el calorazo que nos tocó, un universo de pajaritas de papel, plantas aromáticas como centros de mesas….En fin, mucho trabajo por delante pero toda la familia volcada para que quedara justo como teníamos en mente.
Como he hecho en otras ocasiones, por ejemplo en mi 31 cumpleaños, decidimos encargarnos de todo (salvo algunos encargos culinarios). La verdad es que las personas que nos rodean siempre nos lo ponen muy fácil. Las abuelas cocinaron, la madrina hizo unos postres exquisitos, mis hermanos siempre dispuestos a subirse a una escalera…Da gusto tener esta familia, así disfrutas tanto con los preparativos como en el día en cuestión.
Para la decoración elegimos pajarita de papel ( idea de mi madre) y el color celeste empolvado como protagonistas. Pude hacer más de 200 pajaritas entre una cosa y otra, porque además de los centros y cualquier rincón del jardín, colgaban de unas bolsitas de regalo que preparé para las invitadas. Mil gracias le debo a ese simpático niño de youtube que me enseño a hacerlas 😉
Además, llenamos de farolillos celeste los árboles del jardín que quedó muy alegre y simpático para la ocasión. Y globos, ramilletes de globos que luego los niños se llevaron de recuerdo.
Como buenos ratones, pusimos una gran bandeja de quesos que identificamos con los típicos letreros de madera de plantas de jardín. También identificamos los postres porque había muchísimos aunque no duraron nada, menuda familia de dulceros!
Hizo un calor tremendo así que los niños acabaron en la piscina. Primero los pies y poco a poco, como quien no quiere la cosa, dentro del todo vigilados de cerca por un primo nuestro que se ganó el título de «bañista» entre los retoños. Los adultos en cambio, de cabeza a los barreños de zinc cargados de botellines bien fresquitos entre escamas de hielo y al futbolín!
Pero no me lío más, os dejo con algunas instantáneas de este día tan bonito para nuestra pequeña familia de tres..
Fue un día precioso que recordaremos siempre, ahora me toca preparar un buen álbum para dejar constancia de todo.
Feliz día!!
Si estás pensando en organizar algo en casa en este post os dejo las claves para organizar una fiesta en casa.