Schiaparelli, Alta Costura 24-25

En el manifiesto que Daniel Roseberry firma en relación a la propuesta presentada en la Alta Costura de París, define a Elsa Schiaparelli como un «enigma glorioso». Pero me atrevería a decir que no hay mejor definición para esta colección en sí y es que resulta gloriosa y enigmática a partes iguales.

Con la figura de la diseñadora Elsa Schiaparelli siempre en mente, Daniel Roseberry presenta «The Phoenix» entre, su ya habitual, expectación y rodeado de personalidades asociadas a la moda que no han querido perderse la que es una de las citas más esperadas de la Alta Costura.

Se trata de una colección inspirada en los años 50 con claras referencias al ballet basadas en la relación y parecido de la diseñadora que da nombre a la firma, con la bailarina Anna Pavlova. Bailarina a la que todos veían como un cisne mientras la propia Elsa se definía como ave fénix.

Las piezas presentadas en esta colección reflejan una técnica y un trabajo exquisitos que quizás supongan la mejor de las definiciones gráficas para el término «Alta Costura».

Es una colección que hipnotiza en la que el movimiento es su mejor aliado. Mil capas de tul, delicadas transparencias, pliegues arquitectónicos, volúmenes casi imposibles, bustiers a lo Galiano y tejidos opulentos dan las claves de la que será una de las colecciones más difíciles de olvidar de Schiaparelli de su historia.