La propuesta de Encinar para el próximo otoño invierno tiene una musa indiscutible: Aline Griffith. Su trabajo, vida y relaciones, marcan el ritmo de esta colección potente y colorista que emula a esta carismática mujer.
Quizás el nombre de Aline Griffith no te diga mucho, pero si hablamos de la Condesa de Romanones, ya es otra historia…
Aline Griffith era una ciudadana estadounidense que vino a España con la labor de informar a su gobierno de todo lo relacionado con cuestiones políticas nacionales e internacionales de este país, es decir, era una espía.
Terminó convertida en aristócrata, en Condesa de Romanones, lo que favoreció su labor y dio más sabor a su historia aunque seguro que no a su estilo.
Su vida, el ambiente en el que se movía, sus relaciones nacionales e internacionales inspiraron al diseñador y marcaron la línea de esta colección de Encinar que respira potencia y carácter en cada puntada.
A medio camino entre la costura y el ready to wear, en forma de producción limitada y controlada, Encinar apuesta por basarse en la artesanía propia de nuestro país en línea con una fabricación 100% española. Costureras y modistas con décadas de experiencia avalan este proyecto.
Se trata de una colección en la que predomina la dualidad de colores en casa salida. Negro como base acompañado de potentes rosas, verdes o dorados.
Como tejidos utilizan materiales que aportan cuerpo y volúmenes favoreciendo prendas de estructuras, moarés, sedas salvajes, brocados o tafetas.
Y como elemento diferenciador, el volante.
Pieza que es claramente el símbolo de aquellos años 40 en los que llegó la protagonista de esta colección a nuestro país. Un país en el que el folclore marcaba el ritmo y el ambiente al que se aspiraba pasaba por tablaos, toreros o cenas en Horcher.
