¿Cuál es tu relación con la moda?

Formas de relacionarse con la moda hay miles, como en cualquier aspecto de la vida. Para algunos no forma parte de su vida en absoluto, mientras que otros la viven de manera intensa. También están los que la utilizan como modo de expresión o estatus. Incluso hay a quien le crea inseguridad o genera algún tipo de conflicto.

¿Cómo vives la moda?

Hace 13 años empecé a escribir un blog sobre moda. Me fascinaba la comunidad que existía entonces y decidí formar parte de ella.

Al principio comentaba pasarelas, escribía sobre historia de la moda o sobre nuevos lanzamientos de algunas marcas. Luego lo fui personalizando y empecé a mostrar lo que yo llevaba a diario ( egobloggers nos llamaban) o compras propias…

De ahí salté a añadir otros aspectos de mi día a día. Decoración, planes, viajes o belleza, empezaba a seguir una línea más relacionada con el estilo de vida. Luego llegó también la maternidad.

Creo que fue la llegada de la maternidad lo que me hizo empezar a cambiar mi relación con la moda o quizás fuese simplemente la madurez.

Antes seguía las pasarelas nacionales e internacionales casi a tiempo real, conocía los directores creativos de cada firma, sabía las prendas que había en ese momento colgadas de las perchas de Zara y reconocía el origen de las prendas que cada invitada llevaba en una boda.

Antes me gustaba ir de tiendas, me encantaban las rebajas y podría decir (con cierta vergüenza, he de admitir) que dedicaba casi todo mi tiempo libre a ella, ya fuera escribiendo, leyendo, fotografiando o visitando.

Y de repente, todo cambió ¿fueron mis hijos? ¿ fueron los años? ¿fue el aburrimiento? No sabría decirte con exactitud, pero lo cierto es que mi relación con la moda no es la misma que hace 13 años, afortunadamente.

Ahora vivo la moda de manera más personal que nunca aunque no haya sido jamás muy amiga de las tendencias.

Ya no conozco las fechas de las pasarelas y mucho menos el rompecabezas de directores creativos. Rara vez entro en una tienda de ropa y las rebajas se van sucediendo sin pena ni gloria.

Cada vez sale más ropa de mi armario y entra menos. Me gusta exprimir los usos que le doy a una prenda y usarla igualmente para ir a una boda que para recoger a los niños de las extraescolares.

Pero todo esto no significa, ni mucho menos, que haya dejado de apreciar la Costura, ni que deje de visitar una exposición sobre moda o que ya no me fascinen con los editoriales de Harper´s Bazaar.

Ahora disfruto la moda incluso más. Soy más selectiva, le dedico poco tiempo pero cuando lo hago me gusta deleitarme con ella. Me he vuelto más exigente, he cambiado la cantidad por calidad, lo temporal por lo atemporal, las tendencias por lo clásico.

Podría decirse que mi relación con la moda ha madurado como en una relación amorosa. Se acabó la fogosidad de los inicios. Ahora mantenemos una relación estable, consolidad y segura.

Este símil me hace pensar que en las relaciones amorosas no vale acomodarse y que la chispa no debe perderse o todo acaba yéndose al traste.

Quizás deba intentar mantener esa chispa con la moda de algún modo o puede que termine vistiendo de Decathlon a diario.

¿Cómo conseguir ese equilibrio? Estoy en ello, te lo voy contando en esta web y en mi cuenta de Instagram.