Cuando nos surgió la oportunidad de trasladarnos toda la familia a Londres no lo dudamos dos veces. Es una ciudad en la que ya habíamos vivido anteriormente y que nos encanta, y a la que mi marido viajaba por trabajo muy a menudo.
Siempre que podía, me apuntaba yo también. Me traía muchos recuerdos de nuestra vida aquí, donde fuimos muy felices y conocimos a muchas personas que de una manera u otra han marcado nuestra vida.
El reto en esta ocasión consistía en venirnos a vivir con nuestras hijas, de 7 y 9 años, y que acudieran a un colegio inglés para aprender no solo el idioma, si no a convivir con niños y niñas de otras nacionalidades y culturas. Abrirles la mente y el mapa de posibilidades.
Por supuesto ha sido difícil despedirnos de amigos y familiares que dejamos en Madrid y en Sevilla, nuestra ciudad natal, pero esperamos sus visitas con muchas ganas. Sin embargo, no nos ha costado realizar el traslado porque lo hemos hecho con mucha ilusión y deseosos de vivir una nueva aventura como familia, ya que creemos que es una experiencia que no olvidaremos jamás.
No hay nada como salir de tu “zona de confort” para abrirte la mente al mundo, conocer otras culturas y formas de vivir distintas a las que conocemos, así como hacer nuevos amigos de distintas procedencias.
Londres es una ciudad muy internacional, donde viven no solo británicos, si no toda clase de europeos, personas de oriente medio, estadounidenses e incluso australianos (mis hijas ya tienen amigos de todos estos países y se han integrado de maravilla).
Cuando decimos que somos españoles “nos hacen mucha fiesta” y nos hacen sentir orgullosos de nuestro país. Suelen ser personas de mentalidad muy abierta, acostumbradas a tener amigos de distintos países. Por lo general son súper educados y nos están haciendo sentir como en casa, son muy “welcoming” como dirían ellos.
Como artista, Londres es una ciudad que me inspira muchísimo.
Hay muchos museos que visitar así como exposiciones temporales y ferias de arte. También tienen muy buen gusto para decorar las tiendas y escaparates, y tan solo un paseo por una calle comercial ya te puede inspirar de una manera u otra.
Mis hijas también están disfrutando mucho de esta experiencia, les gusta visitar los museos y llevarse su cuaderno de dibujo para representar a su manera algún cuadro que les guste o les llame la atención.
Otro ejemplo de cómo desarrollan su creatividad es que después de ver la zona de China Town, mi hija Claudia decidió hacer una maqueta de este barrio con una caja de la mudanza y Olivia y yo le ayudamos a llevarla a cabo. Pintamos la portada en un trozo de cartón, hicimos los farolillos y un dragón chino de papel, pintamos en la caja el frontal de algunos restaurantes… y estuvieron entretenidas varios días con este proyecto. Olivia también hizo una selva tropical con lianas a partir de una caja, y una claqueta de directora de cine de cartón (porque le encanta hacer películas). Ellas entran en mi estudio de pintura donde tienen todos los materiales disponibles, y dejan volar su imaginación (con mi supervisión, claro )
Desde el punto de vista profesional, estoy sintiendo que en Londres valoran mucho el arte en todas sus formas, y se están interesando mucho por mi trabajo como pintora, haciéndome distintos tipos de pedidos y propuestas artísticas.
Hace poco he entregado el encargo de un retrato al óleo a una persona VIP bastante conocida. También gestiono mi tienda de Etsy desde aquí, ya que es una plataforma de venta global y puedo estar en cualquier sitio.
Entre las propuestas que me han hecho también está colaborar de manera desinteresada ofreciendo talleres de arte e incluso pintar murales en colegios con menos recursos.
No llevamos mucho tiempo aquí, pero de momento la experiencia está siendo muy positiva y enriquecedora, conociendo gente muy interesante con vidas diferentes, y esperando forjar nuevas amistades para toda la vida.
Si quieres saber más sobre María puedes visitar su web.
Y para comprobar como adopta la creatividad como estilo de vida te recomiendo su cuenta de Instagram.
